miércoles, 1 de marzo de 2017

Sadness

Hola, hola!
Se que es miércoles y va una recomendación, pero como no tengo tiempo para hacer una, voy a dejar un "original" que lo tenia preparado desde hace tiempo para subirlo y nunca me animaba.

No se si mas adelante abra algo similar en el blog, cabe aclarar que este lo hice hace 6 años atrás, y en la actualidad no estoy tan creativa, y Flor todavía no se anima a escribir algo, así que por el momento sera lo único de esta índole que encontremos en el blog.

Sin más preámbulos, les dejo tristeza. (Si, no tenía un nombre mejor, aparte cuando lo escribí, me inspire en un tema compuesto por un amigo que tenía el mismo nombre, el tema, no mi amigo, él se llama Arturo.)

Sadness

Tristeza, soledad, ¿de qué le servía tener hijos, nietos, familia si no iban a estar con él en sus últimas horas de vida? En la soledad de su habitación, viendo la blanca cortina balancearse  a causa del suave viento que corría, empieza a recordar. Recordar esos momentos que paso en su larga vida, momentos que lo marcaron, momentos felices, tristes, pasando de una pobreza extrema a llegar a tener una vida digna, ganándosela honradamente. Recordó a su fallecida mujer, hermosa como siempre, con sus cabellos rubios al compás de  la briza marina, llamándolo a tomar él te con su sonrisa característica; amaba su alegría, su compañía; la amaba.  Recordó el crecer de sus dos hijos, el mayor, igual a él pero con el amor y la vives de su compañera. La menor, su pequeña, a la que siempre necesito proteger, rubia de ojos verdes, ella tenía sus ojos y su personalidad. Pero ahora cada uno tenía su propia familia, ya no necesitaban al pobre viejo, por más que él los anhelara con todo su ser, ellos no estaban ahí, no estaban para tenerle la mano como soñaba día a día. Sus nietos, se desvivía por los tres, y ellos nunca se acordarían del canoso que se encontraba en esa solitaria cama. No, ellos nunca sabrían que tuvieron un abuelo, un abuelo que los amo por sobre todas las cosas.

Dolor, pena, y un sentimiento que lo estaba matando poco a poco, estrujándole el corazón, deseando que llegara la hora. Un flash de imágenes inundo su mente, recuerdos que no sabía que poseía, recuerdos que creía perdido, risas y lágrimas que según él nunca las soltó, desconocidos riendo y brindando, pequeños abrasándolo. Ya no recordaba  esas caras, tan conocidas por él unos años atrás, caras que veía a diario en esa habitación y no sabía quiénes eran, caras iguales a los de sus hijos pero avejentadas.

06:45 hs, con su último vistazo al reloj que había en su mesita de luz, sintió con una sonrisa que era la hora, la hora de cerrar los ojos. No podría esperar a que esa señora que llegaría a las siete le tomara la mano, no podría esperar que el señor de ojos verdes le llevara de cenar. No podría despedirse de esos tres adolescentes que siempre llegaban y le contaban cosas asombrosas, cosas que cuando él era joven no hacía. Ya no podría esperar.

El día 17 de noviembre de 1998, a las 06.55 fallece a la edad de 84 años, el señor Naclov. Familiares y amigos siempre lo recordara, como el tierno y cariñoso padre/abuelo que siempre fue, que a pesar de sus canas y su enfermedad de Alzheimer, estuvo siempre con nosotros y lo seguirá estando.  


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